Hablar de la ruta del cóndor y desconocer el paisaje gris que ha dejado la actividad minera sería silenciar una parte de los impactos ambientales visibles en el oriente de Quito.
El primer tramo hacia la Reserva Ecológica del Antisana se conjuga como una vía estrecha de dos carriles en la que conviven pequeñas casas, vehículos livianos y niños que pierden balones entre las varias volquetas de las canteras establecidas por ahí.
Un segundo tramo se torna de un café árido y de un gris rocoso con nubes de polvo. Después de esto, el resto del camino vuelve al verde del páramo. Esta es la entrada del hogar del Antisana y del cóndor andino.
Una zona cercana al cuarto volcán más grande de Ecuador
Las montañas y nevados de Ecuador tienen visitantes, vecinos e historias de amistad y amor, de acuerdo con las leyendas que se han compartido entre generaciones. Ahí tenemos, por ejemplo, al ‘Taita’ Imbabura y a la ‘Mama’ Cotacachi.
El Antisana recibió a Alexander Von Humboldt mientras estuvo en su expedición y a científicos que estudian los glaciares del mundo; y, en el día en que lo recorremos tiene al volcán Cotopaxi frente a frente, como dos amigos que han salido a compartir el sol.
El primero de ellos, dueño de casa y de este relato, deja ver sus picos, paredes y la grandeza de su espíritu con una nieve blanca y brillante en sus dos cumbres. La ruta dentro del área protegida luce despejada de neblina y vehículos. En el recorrido se dejan ver inquietos conejos y aves como los caracaras y las gaviotas andinas. Estas últimas advierten al viajero con sus cantos que La Mica está cerca.
Una laguna refugio de fauna
El sonido del viento golpeando en los pajonales y el agua, el canto de los pájaros y los latidos del corazón es lo único que se escucha al recorrer los diferentes senderos de la icónica laguna La Mica, ubicada a 3 950 msnm.
Uno de estos caminos asciende al Mirador Los Cóndores y a la mejor vista de la Reserva. A 4 110 msnm, el paisaje es de 360 grados a la Cordillera Real del Ecuador, al Antisana y al espejo de agua.
El sol que acompaña esta nueva aventura invita a propios y a extraños a sentirlo por unos minutos y a descansar del descenso de la loma. En bordes distintos de la laguna, venados, alpacas y turistas se reconocen entre sí, como si estuvieran en un estado de contemplación.
Esta es una de las reservas en la que el visitante encuentra en su andar un gran número de animales sin mucho esfuerzo.
La cocina de Píntag
Después de una caminata en la naturaleza, el apetito se abre para probar una tradición de la zona: Los Carlitos. Una masa de sal con un toque de dulce, mantequilla y queso fresco son parte de los ingredientes que se sienten al comer uno de los famosos panes de esta localidad. La Panadería Paquita es el lugar que los prepara desde 1972.
Mientras Paca Almeida, dueña del lugar, nos cuenta sobre su negocio, entran más de una docena de clientes a comprar Carlitos. Para ella este no es un trabajo. A sus 83 años supervisa la producción y el empaque de un pan que le ha dado mucho, cuenta con emoción. Un Carlitos y un helado de mora con leche, la combinación dulce de Píntag es la antesala de la siguiente parada culinaria.
El restaurante Tullpa Pinteña es un rincón de sabores en el centro de esta parroquia. Giovanny Peralta es un cocinero que empezó su emprendimiento en la pandemia. Su idea de negocio encontró una oportunidad en aquella época. En la actualidad busca resaltar a través de sus sabores los productos locales e impulsar a Píntag, “la tierra del cóndor, del chagra y del toro bravo”, asegura.
Una Parrillada Cóndor, alitas en salsa de maracuyá con menta y un caldo de 31 son parte de la oferta de este local y que Peralta ofreció en nuestra visita. Este último es una sopa tradicional de la Sierra, que su mamá Pilar Bravo prepara y vende desde hace 40 años. Panza y pulmones de res, cebolla blanca, mote, hierbas, aliño de la casa y otros ingredientes conjugan un delicioso y particular plato. La Tullpa Pinteña es el lugar para probar herencia, sabores autóctonos y nuevos.
TIPS
Ropa abrigada, pero cómoda para caminar. Zapatos adecuados para senderismo y agua.
La temperatura en la reserva natural del Antisana oscila entre los 3 y 17 grados centígrados.
La entrada al parque no tiene costo. Los tradicionales panes Carlitos de Pintag cuestan USD 0,50.
Para observar cóndores se debe acudir en las primeras horas de la mañana a la reserva.
UBICACIÓN
Esta ruta que se realizó en Pintag tiene 5 puntos o paradas:
Los ‘Carlitos’ de Paquita
Reserva Ecológica Antisana
Mirador Los Cóndores
Laguna La Mica
Tullpa Pinteña
VIDEO
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