Esta provincia es parte de la red de Geoparques Mundiales de la Unesco. Tiene 27 lagunas y lagos; algunos de ellos son estacionales. En las localidades cercanas se pueden encontrar guías comunitarios para realizar caminatas en la montaña.
José Luis Rosales. Redactor (I)
Una leyenda local relata que una vez una mujer ascendió a la laguna del Cubilche para abastecerse de agua para su hogar. En una de las orillas halló una vasija que tenía un hermoso labrado, que supuso alguien había olvidado.
Con el mismo pilche empezó a colocar el líquido en un recipiente llamado malta y luego de colmarlo emprendió el camino de regreso a casa.
Sin embargo, cuando iba descendiendo, escuchó un sonido fuerte como un río y al regresar a ver notó que el agua de la laguna se desbordaba. Mientras ella empezó a apresurar el paso, el torrente igualmente se aligeraba. La mujer creyó que la vasija estaba encantada, por lo que se deshizo de ella. Empezó a correr y al echar otro vistazo advirtió que el agua retornaba a la laguna.
Ese es uno de los cuentos que guías de la comunidad de San Clemente, en el sur de Ibarra, narran a los viajeros que llegan atraídos por los encantos de este complejo lacustre de origen volcánico. Así asegura Juan Guatemal, de Tradiciones San Clemente, que hace dos décadas trabaja en turismo comunitario.
Desde esta parcialidad kichwa Karanki se ofrecen excursiones a este ícono, situado a 3 840 metros de altitud, al que se llega tras una caminata de aproximadamente dos horas por un sendero tapizado de pajonales. En el lugar hay dos lagunas permanentes y también un par estacionales.
Otras actividades para los viajeros
Estas son parte de los 27 lagos y lagunas que tiene Imbabura, las que son temporales se recargan en época de invierno. Según Carlos Merizalde, director de Imbabura Geoparque Mundial, este patrimonio natural le ha dado identidad propia a la provincia.
Entre las de mayor tamaño están Yahuarcocha, Cuicocha, Tobar de Donoso de Piñán, San Pablo, Mojanda, Puruhanta, Laguna Negra. Esta última se encuentra en el límite entre Imbabura y Sucumbíos.
En la cuenca del lago San Pablo se implementa la ruta Eco Ñan, que proyecta 18 km para actividades de caminata o bicicleta atravesando cuatro parroquias. En la primera etapa se han habilitado 7 kilómetros de senderos entre las localidades de San Rafael de la Laguna y Eugenio Espejo.
Ana Vela, jefa de Turismo del Municipio de Otavalo, explica que en este primer tramo se han incorporado atractivos como el bosque de San Miguel Bajo, el Mirador de Rumi Loma y el muelle de Puerto Alegre.
En este último sitio se ofrece gastronomía de la zona a cargo de los miembros de la Asociación Hatun Kucha. José Otavalo, presidente de la organización, indica que el pescado frito es el platillo emblemático.
A estos lugares los complementan los muelles de Cachiviro y Cochapungo, que ya operaban con servicios de paseos en bote, gastronomía y artesanías. Unas 140 personas vinculadas a esta ruta turística han sido capacitadas en atención al cliente, manipulación de alimentos, costos de producción y marketing digital. En este cantón, otra opción es ir a Mojanda.
La laguna de Cuicocha, en Cotacachi, es uno de los sitios más visitados de la provincia. En este complejo lacustre, situado a 3 100 metros, se pueden realizar caminatas por diferentes senderos que están dentro del Parque Nacional Cotacachi-Cayapas. Uno de estos es el sendero Gorky Campuzano, de 12,5 km, que circunvala la laguna.
En el muelle hay paseos en lancha, que surcan los islotes que están cubiertos de vegetación y separados por el ‘Canal de los Ensueños’.