: Alexandra Colcha, guía de la finca cacaotera Cumandá, en las afueras de Milagro, ofrece un paseo diferente, en contacto con la naturaleza. / Cortesía Prefectura del Guayas

Agroturismo con sabor a cacao se ofrece en fincas de Guayas

En el área rural de los cantones Milagro y Yaguachi ganan espacio las visitas a ranchos y fincas cacaoteras. Luego de la pandemia, varios de estos lugares se unieron para ofrecer a los turistas una experiencia cercana a la naturaleza, en la que pueden conocer el proceso de producción.

Alexander García  Redactor (I)

En el área rural de los cantones Milagro y Yaguachi ganan espacio las visitas a ranchos y fincas cacaoteras. Luego de la pandemia, varios de estos lugares se unieron para ofrecer a los turistas una experiencia cercana a la naturaleza, en la que pueden conocer el proceso de producción.

Del árbol a la boca. Ese es el lema de fincas agroturísticas en el corazón del Guayas. El dulzor y la pulpa sedosa de la guaba sorprenden a turistas internacionales que nunca probaron la fruta. Algo similar pasa con el color a naranja, la textura carnosa del mamey o del zapote en los labios.

El reto es cautivar también al turista nacional e invitarlo a redescubrir los sencillos encantos de la ruralidad, dice Shirley Rivera, quien administra Don Colón, en el recinto El Deseo, de Yaguachi. La finca hace parte de un circuito agroturístico cerca al cantón Milagro, a una hora en auto al este de Guayaquil. La zona incluye cuatro tradicionales sitios de paseo en Milagro y al menos cinco nuevos emprendimientos agroturísticos.

Las fincas ofrecen estancias de un día y las más grandes tienen en común el cultivo del cacao, usado en la producción de chocolate o de bebidas artesanales que se elaboran con los turistas.

El contacto con las mazorcas, el tostado de la pepa, la molienda y la degustación de chocolate artesanal -puro o con panela- hacen parte de la experiencia.

En la finca Don Colón, los turistas pueden recorrer ocho hectáreas de cultivos de cacao y árboles frutales. Aquí llegan muchos extranjeros.
En la finca Don Colón, los turistas pueden recorrer ocho hectáreas de cultivos de cacao y árboles frutales. Aquí llegan muchos extranjeros.

Don Colón es una de las fincas que se abrió al turismo tras la pandemia. Los visitantes, por un sendero, recorren 8 hectáreas de cultivos de cacao y árboles frutales.

En el rancho Vasija de Barro, los visitantes pueden compartir la experiencia de elaborar productos con barro y practicar el arte de la alfarería.

El rancho Vasija de Barro hace honor a su nombre e invita a los visitantes a modelar barro en un taller de alfarería, actividad vincu­lada a la Cultura Milagro-Quevedo que habitó la zona.

Otras actividades para los viajeros

VISITAS

deben reservarse con antelación. Los números de contacto telefónico están disponibles en las redes sociales de las fincas.

PASEOS

‘full day’ tienen un costo desde USD 25 los adultos y USD 15 los niños. También se ofrecen visitas exprés, cuya duración se extiende entre dos y cuatro horas.

ATUENDO

Se recomienda usar ropa cómoda, gorra, zapatos deportivos o botines. El uso de repelente es necesario en los cacaotales.

TIEMPO

La temperatura oscila por esta época entre los 22 y 29 grados. La temporada de lluvias se extiende desde enero hasta mayo, el resto del año el clima es seco.

“El turista extranjero aprecia más este proceso. A los visitantes nacionales los animamos con shows y festivales de tradiciones montuvias”, dijo Rivera.

El Chaparral, Vasija de Barro, Cumandá y Quinta La Orilla están entre las fincas que reciben turistas para visitas diarias en Milagro.

El paisaje cultural montuvio es el eje de los paseos. Los almuerzos de comida típica incluyen secos de gallina criolla, muchines, tortillas de maíz, cazuelas y bollos.

Don Colón Guerrero era el patriarca de las tierras, cuyos hijos y nietos se dividen la gestión de 17 hectáreas de tierras. Desde el año pasado exportan pitahaya a ­Estados Unidos.

Igualmente, se puede disfrutar de la abundante biodiversidad, o simplemente desplazarse en una cuerda entre 700 y 900 metros de largo y a más de 150 metros de altura.

También la ciudad cuenta con otros atractivos, como la Casa del Árbol, el vuelo del cóndor, las Manos de Dios y otros sitios de diversión. Los parques temáticos y reservas naturales abrirán sus puertas en los cinco días de feriado para atender a los viajeros.

Oferta turística

En Cumandá producen derivados del cacao y desde hace cinco años ofrecen un tour de actividades agrícolas y productivas. Ellos trabajan con pasta de cacao y chocolate fino, un proceso en el que involucran a los visitantes.

La marca artesanal de la finca se denomina ‘Es Chocolate’ e incluye bombonería y chocolate de 60, 70 y 100% cacao puro. “El 90% del público que nos visita es extranjero, porque trabajamos más con tours que venden agencias turísticas a viajeros que vienen a Galápagos, por ejemplo”, dice Roddy Espinoza, propietario de la finca.

Alexandra Colcha, la guía de Cumandá, les cuenta a los visitantes historias de especies como los pájaros horneros. Las aves construyen nidos con barro y paja en las copas de los árboles. “Pero a veces llega un tilingo (de otra especie), saca al hornero y se queda con la hembra y con el nido”.

Los visitantes pueden preparar bebidas a base de cacao, montar a caballo, tumbarse en estancias con hamacas o disfrutar de un baño en una piscina familiar.

“Somos un proyecto agroturístico de rescate de tradiciones y costumbres”, dice Lorena Villagrán, de Vasija de Barro.

Tras la pandemia, se unieron varios emprendimientos agroturísticos con el nombre de la Ruta de los Chirijos, informó Villagrán. Están activas las fincas Campo Amor, Tío Pedro, Casa del Duende, Casa Hacha y Machete y Pura Miel.

La producción de caña de azúcar es un cultivo emblemático de la zona. En la Quinta La Orilla producen con los visitantes melcocha de panela y miel de caña. La melcocha del caramelo de la caña se estira en el tronco de un árbol para darle consistencia.

Los visitantes también pueden practicar tubing, bajando en tubos inflables un kilómetro por el río Chimbo hasta el sector que baña a la pequeña quinta.