Nabón

Nabón tiene 10 años de ofrecer su naturaleza

Este cantón de Azuay tiene varios sitios de interés para disfrutar de la naturaleza, la arqueología, el patrimonio y la gastronomía. Las familias de Chunazana se organizaron para ofrecer turismo comunitario y los visitantes lo disfrutan a plenitud.

En el país, poco se conoce de Nabón: que es un cantón azuayo de población indígena. Pero al visitarlo, sorprende su arquitectura, arqueología y paisajes de postales que le dieron el título de Patrimonio del Ecuador.
A 69 kilómetros al sur de Cuenca, siguiendo la vía a Loja, la primera parada obligada está en el kilómetro 45, sector de La Ramada. La comuna de Chunazana recibe a los turistas con naturaleza y gastronomía.

A la derecha, entrando por un camino de tierra, a 4,7 kilómetros, está la laguna de Curiquingue. Soberbias montañas en forma de encañonados custodian el inmenso espejo de agua que ocupa 25 hectáreas.

El ingreso cuesta USD 1; los paseos en lancha, USD 2,50 por persona. En 25 minutos el visitante conoce cómo se formó y cómo se alimenta la laguna, además de las especies de flora y fauna que viven en este territorio.

Es posible pescar y recorrer el sendero de un kilómetro hasta la cascada Curiquingue. Pablo Corral visitó este espacio con su esposa, hijo y su suegro (que llegó desde Bélgica para vacacionar) y quedaron sorprendidos con la experiencia.
El entorno paisajístico presume de ser un sitio de paz, donde el silencio se interrumpe solo por el vuelo y el trinar de los pájaros. El clima frío y las corrientes de vientos de estas alturas, sobre los 3 000 metros, le hacen especial.

Si el hambre y el frío le ganan, puede servirse alguna bebida caliente como el tradicional canelazo, café o aguas aromáticas en el pequeño parador. Hay caldo de gallina criolla, carnes asadas, mote pillo y más platos típicos. De lo contrario, se puede regresar hasta La Ramada, donde está el Centro Gastronómico, un chozón construido con madera, piedra, barro, ladrillo y cubierta de paja, que guarda armonía con el entorno. Cada cocina tiene forma ovalada.

Aquí la oferta gastronómica es más variada. Las 140 familias de Chunazana, por turnos, ofrecen comida típica como caldo de borrego y mote pata, tortillas de maíz, choclo o trigo, bebidas típicas y hortalizas orgánicas.
Las tradiciones
Recargadas las energías, se avanza hacia el centro de Nabón. Sus habitantes cuentan que este territorio fue un asentamiento cañarí-inca. De allí que su mayor población indígena conserva el quichua y las costumbres.
El pintoresco entorno del centro cantonal nos traslada a la época colonial. Alrededor del parque central, con árboles podados de diferentes formas, hay unas 30 casonas patrimoniales de adobe y bahareque, con balcones de madera.

Los turistas se sientan a contemplar y fotografiar las viviendas. De acá nadie se va sin degustar las exquisitas tortillas de harina de trigo. Las ofrece por décadas la señora Marina Ochoa, de 75 años, frente al parque.Su sencillez y hospitalidad cautivan. Cuando le preguntan dónde está el secreto del buen sabor, Ochoa responde siempre que el cultivo y la cosecha del trigo los realiza la misma familia y que todo lo heredó de sus padres.
Los visitantes pueden pasarse horas platicando y conociendo su vida, sin que sea aburrido. Además, habla de su pueblo, sus raíces, las costumbres y los lugares que pueden visitar, entre ellos las ruinas de Dumapara.
Este sitio se encuentra a ocho kilómetros, siguiendo la vía hacia la parroquia Cochapata. Hay muros de piedras y otros vestigios. Según el libro ‘Dumapara’, del arqueólogo Jaime Idrovo, la estructura es inca, pero los vestigios encontrados son cañaris.

Por eso se cree que fue un sitio estratégico de los incas y cañaris y parte del antiguo sistema vial andino o Qhapap Ñan. Desde este espacio rodeado de vegetación, es posible admirar los mejores atardeceres.
Al fondo, las montañas parecen tocar el cielo de diferentes tonalidades, que adquiere al amanecer o atardecer. Aquí termina este paseo por Nabón, pero con el deseo de los visitantes de volver para conocer más.
Lineida Castillo. Redactora (I)