Aquí las tiendas de abastos contrastan y conviven con las nuevas cafeterías que bordean la histórica plaza de San Francisco. El lugar, además, está rodeado de comederos populares, de papelerías y de un hotel de lujo ubicado en una antigua casona.
En una de las tiendas, dos mujeres acomodan la mercadería mientras se aprestan a tomar café con pan. “La plancha de brujitas (marca de pegamento que se convirtió en un genérico) está a USD 2,50, le vienen 14”, responde una de ellas a un interesado, que intenta regatear el precio para poder revender en las calles o buses. Esta es una de las variaciones de empleo informal que en 2022 en el país alcanzó el 53,1%, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Afuera, el comercio empieza sus actividades y grupos de turistas con coloridos ponchos de agua pasean por la escalinata que conduce al atrio de San Francisco: la escalera de Bramante. Una estructura que ha sido objeto de admiración arquitectónica y de inspiración literaria. El escritor ecuatoriano Leonardo Valencia, por ejemplo, tituló así a una de sus novelas.
Betuneros, carameleras y una pareja que alquila un pequeño pony de juguete para las fotos de los niños son parte del paisaje de este jueves de marzo.
Son las 10:00. Un hombre sigue durmiendo al pie de la iglesia. Otro, que parece también haber pernoctado la noche en la calle, se atraviesa en una de las tomas del video que acompaña a este reportaje con una cobija vieja; y con una sonrisa dice: “Usted esperando que le tomen la foto y ellos ni le ven”. Se ríe y continúa su camino hacia la calle Bolívar.
Esta plaza tiene un pasado de comercio y mercado, entre varias de sus transformaciones históricas. Hoy, además, es un punto de encuentro de paseos, recorridos culturales y gastronomía.
El museo franciscano
La música sacra, el sonido de las pisadas en la madera y en las piedras milenarias del Museo Fray Pedro Gocial sumergen a quien lo visita en la historia que guarda. En sus pasillos se aprecian las distintas etapas del arte religioso quiteño, así como el desarrollo de sus detalles, técnicas y colores a través de los siglos.
Aquí, además, se pueden conocer el coro y las torres de la iglesia, en medio de la vida cotidiana de los frailes franciscanos, sus residentes, y de las misas del día. Si se llega a la hora de una de las ellas, la experiencia se eleva al escuchar la música del órgano tubular. En este instrumento, que data de 1930, se compuso el Himno a Quito.
Las torres tienen una vista privilegiada a los templos de dominicos, agustinos, jesuitas y mercedarios. El convento de los franciscanos no solo es el más grande de Quito, sino de América.
La gastronomía de vanguardia
La delicadeza de los detalles también se siente en las instalaciones y en el menú del restaurante del Hotel Casa Gangotena.
El concepto de su gastronomía es creado por el chef José Tamayo, quien califica como “platos juguetones que representan la cocina mestiza vanguardista de la casa, en homenaje a lo que es el Ecuador”. Una muestra de ello es su llamativo postre: El huevo.
Imagínese usted: un dulce y anaranjado almíbar de papaya con cítricos forma la yema; va recubierta de un mousse de coco y haba tonka, que juega a ser una deliciosa clara de fantasía, para cerrar con una cápsula de chocolate blanco. La estética del plato se resalta con un detalle de nido hecho con hilos de masa kataifi casera y unas delgadas láminas de chocolate, que semejan unas plumas blancas.
Otra de las propuestas del hotel es una carta de cocteles creada como un concepto cultural que evoca a seis fiestas tradicionales. A través del arte de la mixología, cada sorbo rememora, en quien lo prueba, la Mama Negra, el Carnaval de Guaranda, el Corpus Christi y otros.
Si le causó intriga, queda por decir que, la conjunción de los sabores del menú del restaurante y del bar trasladan al comensal a distintos rincones del país y del mundo.
TIPS
Es variado en marzo. Este puede pasar de lluvias en la mañana y la tarde, con un sol radiante al mediodía.
El ingreso al museo está en USD 3 adultos. Mientras que los platos fuertes en el hotel van desde los USD 18.
Se recomienda paraguas para esta época de lluvia, dinero en efectivo y la cámara lista para las fotografías.
El hotel cuenta con servicio de valet parking. El estacionamiento público más cercano es el de La Ronda.
UBICACIÓN
La propuesta es un paseo en una zona del Centro Histórico con 3 paradas:
Terminar la tarde con un almuerzo en el Hotel Casa Gangotena
Conocer el Museo Fray Pedro Gocial
Paseo y fotos en la Plaza de San Francisco
VIDEO
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