La Concordia es uno de los últimos cantones creados en Ecuador. Su origen se remonta a 2007, como parte de la provincia de Esmeraldas. Sin embargo unos años más tarde, en 2012, sus habitantes decidieron en una consulta popular a qué territorio querían pertenecer administrativamente.
Su historia político-administrativa la hace merecedora de un capítulo aparte entre cambios y disputas por parte de Pichincha, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas, de la cual forma parte en la actualidad.
La importancia de La Concordia se puede medir hoy con el impacto económico y comercial que causó la caída del puente estatal sobre el río Blanco, el pasado 18 de marzo de 2023. Tres provincias quedaron desconectadas en esta zona con el colapso de la estructura, sobre la que se estima una reconstrucción en al menos un año y medio.
Esta es una zona de gran producción agrícola. Piñas, abacá, cacao, palmito, banano y palma africana son algunos de los productos que, con las diferentes tonalidades de sus ramas verdes, confirman la riqueza del lugar.
En esta mañana de martes se ha descendido desde las montañas de la Sierra hasta los 200 metros sobre el nivel del mar, donde se ubica este cantón. El clima caliente, el sol incandescente y la humedad confunden a la mente sobre la noción de que este es un día laboral. Y, además, estos elementos son la antesala de una experiencia aérea y gastronómica en una localidad ecuatoriana, que buscó marcar su propio camino y lo consiguió.
Un vuelo en ultraligero
El acto de volar debe ser uno de los que más maravilla al ser humano. Esto se debe, en parte, por su impedimento físico para hacerlo y, en otra, por la libertad que supone extender las alas y partir a cualquier rumbo. Después están, por supuesto, los diferentes tipos de aeronaves que han hecho realidad este ideal.
Un vuelo se caracteriza por entregar una serie de sensaciones en todas sus etapas. Y un vuelo en avioneta ultraligera permite vivirlas en la primera fila de una cabina. Este día, en los alrededores de una pista de 1 200 metros de largo, seis ultraligeros de diferentes modelos esperan la visita del equipo de EL COMERCIO.
Este es el Aeroclub La Celeste. El espacio nació hace 14 años, entre un grupo de amigos y familiares aficionados a la aviación deportiva. Entre 22 socios, 18 hangares y 23 aviones de tela y tubo, los pilotos ven a este lugar como su refugio para deporte y aventura.
“La más bonita sensación es recorrer el mundo y verlo de una manera distinta, como las aves; no tienes límites más que el cielo”, cuenta Agustín Ocampo, integrante de La Celeste. Su tío fue quien ideó la creación de un espacio para fomentar la aviación en el país.
Cuando este falleció en un vuelo en Cali, Ocampo y su padre continuaron con el legado y el sueño. Hoy el club se define como un espacio de puertas abiertas para visitar sus instalaciones, comprar aviones y conocer de sus actividades como: paracaidismo, escuela de aviación, ensamble de aviones, charteo de vuelos, entre otros.
Cada viaje puede ser una experiencia muy enriquecedora y, sobre todo, liberadora. Algunos lo hacen desde muy jóvenes bajo un legado familiar. Este es el caso de Juan Diego Espinosa, piloto que realizó su primer vuelo solo a los 14 años. Desde los 6, su padre, otro amante del deporte, le mostró este mundo que hoy confiesa es su mayor pasión.
Para estos vuelos, Espinosa y Ocampo preparan las avionetas y revisan cada detalle técnico. La interlocución que se escucha en los audífonos entre el piloto y el controlador aéreo recuerdan al pasajero que vivirá el espectáculo desde la primera fila.
El sonido del motor, del viento y la evolución de la aeronave en tierra a punto de despegar aceleran las palpitaciones. A medida que el ultraligero toma altura, al cuerpo le invaden de sensaciones y la mente se reconecta con otra realidad a 4 000 pies, sobre grandes cultivos agrícolas de la provincia tsáchila y los meandros del río Blanco. Este es un vuelo en el que la alegría y confianza de los pilotos dejan al pasajero fluir con la experiencia.
Nietzsche decía que “solo tienen valor los pensamientos que nos vienen a la cabeza mientras andamos”; quizás, mientras volamos también sucede esto.
Un corte de carne con fanáticos
Ángel Shagñay es un gran amigo de los comensales que llegan a su restaurante desde diversas ciudades de la Costa y de la Sierra del país; “la mayoría son de Quito”, confiesa desde su cocina.
Y es que en esta zona, La Rioja de Angelito se ha convertido en una parada gastronómica para los amantes de un jugoso corte de carne, que ofrece con sumo cuidado.
La parrilla de Ángel tiene 20 años de trayectoria en La Independencia. Mientras cuida los detalles tras la barra de atención, cuenta que empezó con tres mesas y la expansión de su negocio se dio por su sabor y por las recomendaciones de los clientes.
Un corte de carne madurado, al natural y sin condimentos, asado al carbón con la paciencia que sus tiempos lo requieren y un poco de sal en grano son los secretos de esta cocina.
Por estos días, en el restaurante se ha notado una baja concurrencia de gente. Según Shagñay, esto ocurre desde la caída del puente sobre el río Blanco.
Mientras esperan la reconstrucción de una estructura provisional, ofrecida por el Gobierno, él ha decidido acercarse a sus comensales de la capital y abrir un segundo local en Machachi.
TIPS
Bloqueador solar, gorra, gafas, zapatos cómodos y repelente contra los mosquitos, que se encuentran en las cercanías a los ríos.
La temperatura en La Concordia en esta época del año oscila entre los 21 y 31 grados centígrados. Con presencia ocasional de lluvias.
Los precios de los platos en el restaurante La Rioja de Angelito van desde los USD 12,50. El nuevo local abrió el 13 de abril, en Machachi.
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas anunció, el 19 de marzo, la instalación de un puente bailey para los primeros días de mayo.
Para ir a este cantón desde Quito se tomó la vía Alóag – Santo Domingo. La pista aérea La Celeste está ubicada en el paso lateral La Concordia.
UBICACIÓN
Pista aérea La Celeste
Parrilladas La Rioja de Angelito
Tomar un helado y postre a media mañana en el Hotel Plaza Grande
Conocer el Museo del Carmen Alto
VIDEO
La ruta tiene dos puntos:
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